CODIGO MORAL DE LA AJEF
Reconoce y ama al Gran Arquitecto del Universo, principio generador de todo lo que existe.
Trata fraternalmente a todos los seres, Honra a tus padres por medio de tu propio perfeccionamiento integral.
Jamás adules a tu hermano. Demuéstrale que lo aprecias brindándole el apoyo que necesite.
Que el bien que hagas sea para tus padres, tus parientes, los huérfanos, los pobres y el viajero.
Trata a las mujeres mayores como a tu madre y a las jóvenes como a tus hermanas. Jamás las defraudes ni las deshonres.
Ama y defiende la libertad, ya que la esclavitud denigra tu condición de hombre.
Esclarece el error convenciendo con prudencia al equivocado, pero nunca caigas en sus errores.
No maltrates a ningún ser viviente y cuida de estar siempre pendiente de prestar ayuda.
Sé paciente al escuchar y prudente al contestar, expresando tus sentimientos con libertad y juicio. Medita antes de actuar.
No te dejes influir y sé firme cuando se trate de rectitud.
Dedícate al estudio, no para ufanarte de tu sabiduría, sino porque sólo el hombre que sabe, puede ayudar más y mejor.
Por sabio que ya seas, aprende a escuchar, que todo conocimiento es útil.
No pretendas ser el menos malo de los peores, esfuérzate por ser el mejor de los buenos.
No sólo te afanes en encontrar a los que necesitas, procura descubrir a los que por tí puedan ser favorecidos. Evita que tus buenas obras repugnen. Hazlas sin jactancia.
Considérate muy lejos de¡ ideal que persigues si la miseria o el hambre del prójimo te hieren.
Trata de ayudar a tu patria para el bienestar general.
Huye de los vicios, ya que corroen el alma y depauperan el cuerpo.
Trata de que tus pensamientos sean como el aire de las montañas: limpios, puros y benévolos para todos.