UNA REFLEXION SOBRE LOS ANTIGUOS DOCUMENTOS MASONICOS

Los antiguos documentos de la Masonería constituyen los eslabones de nuestra cadena iniciática. A través de ellos entramos en contacto con nuestros antepasados constructores. Todas las tradiciones de la Tierra han visto en sus ancestros los fundamentos de su cultura y el símbolo de conexión con sus orígenes. Estos documentos, llamados también «documentos fundadores», contienen tanto la historia mítica o legendaria, es decir las leyendas que conectan nuestra Orden con sus orígenes atemporales, como la historia cíclica sujeta al devenir del tiempo, lo que se ve reflejado en ciertos cambios mediante los cuales la Masonería ha seguido vehiculando sus conocimientos cosmogónicos. Así pues, estos cambios deben entenderse como adaptaciones necesarias, sin las cuales tal vez la Masonería no hubiera sobrevivido.

Por medio del estudio de nuestros documentos es que podemos comprender mejor nuestro ritual y nuestros símbolos, ya que en todos ellos aparecen elementos nuevos que amplían nuestra visión dándonos, quizá, la clave para desvelar o intuir nuevas significaciones, lo que sin duda representa un aliciente para seguir indagando y tal vez restituyendo ciertos elementos dentro de los actuales rituales que fueron suprimidos o modificados de modo arbitrario.

“En el cuerpo masónico se integra la historia y la metahistoria como posibilidad de realización espiritual, y tanto los ritos como los símbolos constructivos y su exégesis teosófica son los elementos fundamentales que se ejercen en el taller masónico y en el templo interno del iniciado” (F. G. y J. M. R., SYMBOLOS Nº 13-14, pág. 237).

Creo que lo que hacen más interesantes a estos antiguos papeles es su carácter fidedigno, no tergiversado, y cómo mediante el seguimiento y agrupación de todos ellos (Old Charges o Antiguos Deberes, catecismos, ayuda memoria, reglamentos, constituciones, etc.) puede observarse una parte de la auténtica realidad tradicional de Occidente, de cómo esa visión cosmogónica, tiene su expresión en todos los niveles, incluido, como es natural, el orden social, que es por ello el reflejo en lo terrestre del orden celeste, y que fue ni más ni menos la que dio nacimiento a nuestra cultura, es decir a nuestra Tradición. Esta es la forma y la manera en que los Dioses trasmitieron a los hombres de esta parte de la tierra la Verdad Universal, a fin de que comprendieran la obra de su creador por medio de los símbolos y los mitos que ellos podían comprender mejor, aquellos afines a nuestra naturaleza, tanto psíquica como espiritual, es decir afines a la esencia de nuestro ser.

“En este fin de ciclo se presenta la Masonería como un depósito de la doctrina viva tradicional que incluso ofrece la posibilidad de una realización intelectual (espiritual), es decir, de la iniciación al conocimiento.” (Revista SYMBOLOS, Carta Editorial del Nº 13-14). Luz